Pero por si las moscas yo me voy preparando el premio de consolación: un delicioso cupcake!
Gritos de guerra a parte y con las confesiones por delante... lo confieso: canto de pena.
Caen los pájaros, aúllan los perros, gritan los vecinos y desaparecen las estrellas cuando juego al Singstar. Siempre, siempre, SIEMPRE pierdo.Yo lo intento, que si tatareando, que si diciendo toda la letra, que si empujando al contrincante...pero nada no hay manera.
Me veo obligada a hacer playback en los cumpleaños felices y el único sitio donde puedo cantar es en la ducha. Deben ser los vapores o algo que tapan mis alaridos mortales o qué sé yo... pero yo canto con toda la dignidad que me queda en la ducha (cuando no hay nadie en 10 km a la redonda).
Tengo un oído duro como una piedra. Siempre me acordaré de cuando practicaba en casa para los exámenes de flauta del colegio que mi perrita se ponía a aullar desesperadamente para aplacar sin éxito mis infernales notas. Animalito, lo que tuvo que sufrir con los exámenes de flauta.
Cambiando a lo bruto de tema y con la esperanza de que mi confesión de os olvide cuanto antes,
Os acordáis de los juegos que teníamos de pequeñas de vestir a las muñecas con recortables?
He hecho una versión con washitape estampando la ropita. A ver que os parece.
Hasta la próxima!
2 comentarios:
No hay nada mejor para premiar un día duro de estudio/examen que tomarse un rico pastelito. ¡Suerte!
Me chiflan las muñecas recortables. De pequeña tenía unas cuantas, y también me gustaba hacerme las mías propias. Cómo molaban los juegos sencillos de antes :)
jajaja me voy a comer los cupcakes a puñados como suspenda!
Si... como molaban los juguetes sin botones!!
Un beso bonita.
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